El corazón es el motor de nuestro cuerpo, el órgano que bombea la sangre y el oxígeno a todos los tejidos y órganos. Por eso, cuidar el corazón es fundamental para prevenir y combatir las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren más personas por enfermedades cardiovasculares que por cualquier otra causa.
¿Qué podemos hacer para cuidar nuestro corazón? Además de evitar el tabaco, el alcohol, el estrés y el sedentarismo, una de las claves es seguir una alimentación saludable para el corazón. Una alimentación que nos aporte los nutrientes esenciales, que nos ayude a controlar el peso, el colesterol, la presión arterial y la glucosa, y que nos proteja de la inflamación y los radicales libres.
¿En qué consiste una alimentación saludable para el corazón? No se trata de seguir una dieta estricta o aburrida, sino de elegir los alimentos más beneficiosos para nuestro sistema cardiovascular y limitar o evitar los que pueden dañarlo. A continuación te damos algunos consejos y ejemplos de alimentos saludables para el corazón:
- Consume más frutas y verduras. Son fuentes de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, que ayudan a prevenir la aterosclerosis, la hipertensión, la diabetes y el sobrepeso. Además, son bajas en calorías y sodio, y aportan sabor y color a tus platos. Se recomienda consumir al menos 5 porciones al día de frutas y verduras frescas, preferiblemente de temporada y ecológicas.
- Elige cereales integrales. Los cereales integrales, como el arroz, la avena, el trigo o la quinoa, contienen más fibra, vitaminas y minerales que los cereales refinados, como el pan blanco o las pastas. La fibra ayuda a reducir el colesterol y el azúcar en sangre, y aporta saciedad. Los cereales integrales también contienen fitoquímicos que pueden tener efectos protectores sobre el corazón.
- Incluye legumbres en tu dieta. Las legumbres, como las lentejas, los garbanzos, las alubias o la soja, son alimentos ricos en proteínas vegetales, fibra, hierro, ácido fólico y otros nutrientes que benefician al corazón. Las legumbres ayudan a regular el colesterol, la presión arterial y la glucosa, y previenen la anemia. Se recomienda consumir al menos 3 veces por semana legumbres cocinadas con poca grasa y sal.
- Prefiere las grasas saludables. No todas las grasas son iguales. Algunas grasas pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como las grasas saturadas (presentes en la carne roja, los lácteos enteros o la mantequilla) y las grasas trans (presentes en los alimentos procesados o fritos). Otras grasas pueden tener efectos beneficiosos para el corazón, como las grasas monoinsaturadas (presentes en el aceite de oliva, los frutos secos o el aguacate) y las grasas poliinsaturadas (presentes en el pescado azul, las semillas o los aceites vegetales). Se recomienda consumir con moderación las grasas saludables y evitar o limitar las grasas no saludables.
- Reduce el consumo de sal. La sal es uno de los principales factores que contribuyen a la hipertensión arterial, que es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. La sal también puede favorecer la retención de líquidos y el edema. Se recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día (una cucharadita), y sustituir la sal por especias, hierbas aromáticas o limón para dar sabor a los alimentos.
- Limita el consumo de azúcar. El azúcar es una fuente de calorías vacías que no aporta ningún nutriente esencial. El exceso de azúcar puede provocar obesidad, diabetes tipo 2, caries y otras enfermedades. El azúcar se encuentra en los dulces, los refrescos, los zumos, los cereales azucarados, los postres y muchos alimentos procesados. Se recomienda consumir menos de 25 gramos de azúcar al día (6 cucharaditas), y optar por el agua, la fruta fresca o los edulcorantes naturales como la stevia o la miel.
- Bebe con moderación. El alcohol es una sustancia que puede tener efectos tanto positivos como negativos sobre el corazón. Por un lado, el alcohol puede aumentar el colesterol bueno (HDL), relajar las arterias y prevenir la formación de coágulos. Por otro lado, el alcohol puede aumentar el colesterol malo (LDL), la presión arterial, el peso y el riesgo de arritmias. Se recomienda consumir con moderación el alcohol, preferiblemente vino tinto, y no superar los 2 vasos al día para los hombres y 1 vaso al día para las mujeres.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de una alimentación saludable para el corazón, que te ayudará a prevenir y combatir las enfermedades cardiovasculares. Recuerda que la alimentación es solo uno de los aspectos que influyen en la salud del corazón, y que también es importante hacer ejercicio regularmente, controlar el estrés, dormir bien y visitar al médico periódicamente. Tu corazón te lo agradecerá.