¿Qué es el cáncer de mama y cómo se puede prevenir?

Julio 3, 2023 by admin
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El cáncer de mama es un tipo de cáncer que se forma en las células de las mamas. Después del cáncer de piel, el cáncer de mama es el tipo más común diagnosticado en mujeres en Estados Unidos. El cáncer de mama se puede presentar tanto en hombres como en mujeres; sin embargo, es mucho más común en las mujeres.

El cáncer de mama puede comenzar en distintas partes de la mama. Las mamas constan de tres partes principales: lobulillos, conductos y tejido conectivo. Los lobulillos son las glándulas que producen leche. Los conductos son los tubos que transportan la leche al pezón. El tejido conectivo (formado por tejido fibroso y adiposo) rodea y sostiene todas las partes de la mama.

Los tipos más comunes de cáncer de mama son:

– Carcinoma ductal infiltrante. Las células cancerosas se originan en los conductos y después salen de ellos y se multiplican en otros tejidos mamarios. Estas células cancerosas invasoras también pueden diseminarse, o formar metástasis, en otras partes del cuerpo.
– Carcinoma lobulillar infiltrante. Las células cancerosas se originan en los lobulillos y después se diseminan de los lobulillos a los tejidos mamarios cercanos. Estas células cancerosas invasoras también pueden diseminarse a otras partes del cuerpo.

Existen otros tipos de cáncer de mama menos comunes, tales como la enfermedad de Paget, el cáncer de mama medular, el cáncer de mama mucinoso y el cáncer de mama inflamatorio².

El cáncer de mama puede causar diversos síntomas, como:

– Un bulto o engrosamiento en la mama que se siente diferente del tejido que la rodea.
– Cambio de tamaño, forma o aspecto de una mama.
– Cambios en la piel que se encuentra sobre la mama, como formación de hoyuelos.
– La inversión reciente del pezón
– Descamación, desprendimiento de la piel, formación de costras y pelado del área pigmentada de la piel que rodea el pezón (areola) o la piel de la mama
– Enrojecimiento o pequeños orificios en la piel que se encuentra sobre tu mama, como la piel de una naranja.

Si encuentras un bulto u otro cambio en las mamas, incluso si obtuviste resultados normales en una mamografía reciente, pide una consulta con el médico para que te evalúe de inmediato¹.

No se sabe con certeza qué causa el cáncer de mama, pero se han identificado algunos factores que pueden aumentar el riesgo, como:

– La edad avanzada
– Los antecedentes familiares o personales de cáncer de mama
– Los genes heredados que aumentan el riesgo, como BRCA1 y BRCA2
– La exposición a las hormonas femeninas, como el estrógeno y la progesterona
– El sobrepeso u obesidad
– El consumo de alcohol
– La falta de actividad física
– La radiación ionizante
– Algunos factores reproductivos, como tener el primer hijo a una edad avanzada o no tener hijos.

No todos estos factores se pueden modificar, pero hay algunas medidas que puedes tomar para reducir tu riesgo de cáncer de mama, como:

– Hacer ejercicio regularmente
– Mantener un peso saludable
– Limitar el consumo de alcohol
– Evitar o dejar el tabaco
– Amamantar a tus hijos si puedes
– Seguir las recomendaciones sobre las pruebas de detección temprana del cáncer de mama según tu edad y tu nivel de riesgo.

La detección temprana del cáncer de mama puede mejorar las probabilidades de curación y supervivencia. Las pruebas más comunes son:

– La autoexploración mamaria. Consiste en examinar tus propias mamas para detectar posibles cambios o anomalías. Se recomienda hacerla una vez al mes después de la menstruación o en una fecha fija si ya no tienes la regla.
– La exploración clínica de las mamas. Consiste en que un profesional de la salud examine tus mamas con las manos y observe si hay algún signo de alarma. Se recomienda hacerla al menos una vez al año a partir de los 40 años o antes si tienes antecedentes familiares de cáncer de mama.
– La mamografía. Consiste en una radiografía de las mamas que permite detectar posibles tumores o calcificaciones anormales. Se recomienda hacerla cada dos años a partir de los 50 años o antes si tienes antecedentes familiares de cáncer de mama o algún otro factor de riesgo.

Si se detecta alguna anomalía en las pruebas anteriores, se pueden realizar otras pruebas más específicas, como:

– La ecografía mamaria. Consiste en una prueba de imagen que usa ondas sonoras para crear una imagen de los tejidos internos de la mama. Permite diferenciar entre un quiste lleno de líquido y un tumor sólido.
– La biopsia mamaria. Consiste en extraer una muestra de tejido de la mama para analizarla al microscopio y determinar si hay células cancerosas. Se puede hacer con una aguja fina, una aguja gruesa o una cirugía menor.

El tratamiento del cáncer de mama depende del tipo, el tamaño, la localización y el grado de extensión del tumor, así como del estado general de salud y las preferencias de la paciente. Las opciones más habituales son:

– La cirugía. Consiste en extirpar el tumor y parte del tejido sano que lo rodea, así como algunos ganglios linfáticos cercanos. Puede ser una cirugía conservadora, que intenta preservar la mayor parte posible de la mama, o una mastectomía, que implica la extirpación total de la mama.
– La radioterapia. Consiste en aplicar radiación ionizante sobre el área afectada para destruir las células cancerosas que puedan quedar después de la cirugía o evitar que se diseminen a otras partes del cuerpo.
– La quimioterapia. Consiste en administrar medicamentos que atacan a las células cancerosas en todo el organismo. Se puede usar antes o después de la cirugía, según el caso.
– La hormonoterapia. Consiste en administrar medicamentos que bloquean la acción de las hormonas femeninas que estimulan el crecimiento de algunos tipos de cáncer de mama. Se suele usar después de la cirugía o junto con otros tratamientos.
– La terapia dirigida. Consiste en administrar medicamentos que se dirigen específicamente a ciertas características moleculares de las células cancerosas, como el receptor HER2, que está presente en algunos tipos de cáncer de mama.

El pronóstico del cáncer de mama depende del estadio en el que se encuentre la enfermedad, es decir, del tamaño y la localización del tumor y si se ha diseminado a otras partes del cuerpo. También influyen otros factores, como el tipo y el grado del tumor, el estado hormonal y genético, la edad y el estado general de salud de la paciente.

En general, cuanto más temprano se detecte y se trate el cáncer de mama, mejores son las posibilidades de curación y supervivencia. Según datos estadísticos, el porcentaje de mujeres que sobreviven al menos cinco años después del diagnóstico es del 90% para el estadio I, del 66% para el estadio II, del 41% para el estadio III y del 15% para el estadio IV.

El cáncer de mama es una enfermedad grave que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Sin embargo, hay esperanza gracias a los avances en la prevención, la detección y el tratamiento. Es importante que cuides tu salud mamaria y consultes con tu médico ante cualquier duda o cambio que notes en tus mamas.

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